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La formación artística implementada por el programa CLAN ha abierto un nuevo panorama de participación e incidencia en los territorios locales de la ciudad de Bogotá. Ante un escenario en el que en muchas ocasiones los espacios de construcción y transformación local, han relegado a los niños, niñas y adolescentes a ser actores pasivos dentro de sus territorios; la creación artística se ha consolidado como una nueva posibilidad de comunicación e interacción social local.

Las reflexiones que se encuentran en este documento han sido construidas en diferentes escenarios de dialogo con los artistas formadores de la organización y a través de la aplicación de instrumentos de sistematización que permitieron registrar sus percepciones sobre las transformaciones y el impacto de los procesos de creación. Transformación de contextos La escuela, los espacios públicos y el hogar son los principales escenarios en los que se desarrolla la vida de los estudiantes. La formación artística no solo se nutre de estos contextos, también los impacta y crea nuevas dinámicas entre los diferentes actores sociales que convergen en este espacio. La mayoría de los territorios en donde se ha adelantado los procesos de formación artística, son espacios en lo que convergen diferentes situaciones de riesgo y contextos de vulnerabilidad para los niños, niñas y jóvenes inscritos en el programa. Al indagar con los artistas formadores sobre las condiciones sociales que encuentran en los escenarios en los que realizan la formación artística, se pueden detectar situaciones de violencia dentro de las familias que se replican en el escenario escolar, así como muchos de los estudiantes no cuentan con un acompañamiento de sus padres o cuidadores en el proceso formativo. En general los artistas formadores perciben ambientes violentos que se construyen al interior de las instituciones educativas y fuera de estas.

Estas situaciones se convierten en insumos que determinan las interacciones en los espacios formativos y no son soslayados de las planeaciones que proyectan el trabajo en los diversos centros de interés. La relevancia de la creación artística en los proceso de formación, permiten que estas condiciones sociales sean cuestionadas en la práctica e interpeladas a través de los lenguajes artísticos.

Un ejemplo de esto se puede observar en el proceso adelantado en el Colegio Entre Nubes. Esta institución se encuentra en la parte alta de la localidad de San Cristóbal y como su nombre lo refiere, colinda con el Parque Entre Nubes. Los estudiantes de este colegio generalmente no frecuentan otros espacios de la ciudad y presentan diversos conflictos sociales relacionados con la convivencia. En este marco la formación artística se convierte en un reto de sensibilización y re significación de los espacios cotidianos. Trabajos como el de un centro de interés de audiovisuales que a través del rap y de la construcción colectiva de piezas sonoras, realiza lecturas colectivas de los territorios y propuestas de transformación de los mismos, ha generado nuevas formas de comunicación entre los estudiantes que se alejan de la violencia y los riesgos asociados a su contexto. En el caso de los centros de interés de arte dramático se han consolidado fuertes iniciativas en la construcción de su obra focal, que se materializan en las muestras locales. Estos espacios de socialización de los procesos de formación, significan escenarios de convivencia en torno al arte, en donde los diferentes actores locales pueden reconocer su territorio desde la producción artística de los niños y las niñas.

No solo en los contextos aledaños al espacio escolar se pueden observar transformaciones, las relaciones en la cotidianidad escolar también son beneficiadas por la formación artística. Como parte de este notorio beneficio se destaca el trabajo que se adelantó en el Colegio Prospero Pinzón, que se ha caracterizado, según los artistas formadores, por ser un escenario educativo con una estructura institucional rígida. La jornada 40X40 permitió dinamizar dicho panorama, incluyendo nuevos actores en la cotidianidad escolar y por ende, nuevas formas de interlocución.

Desde los centros de interés de teatro, danza y artes plásticas, se crearon espacios de sensibilización que facilitó a los estudiantes adquirir nuevos roles en la institución educativa, además de posibilitar que los artistas formadores, junto con las organizaciones culturales, intervinieran en la cotidianidad escolar a través del dialogo con los diferentes actores del colegio. Este panorama puede ejemplificar como el programa de formación artística ha construido escenarios educativos, con mayor participación, más abiertos e incluyentes, a través de la concertación del sector educativo con el sector cultural. No obstante, desde la percepción de los artistas, la formación artística dentro de los colegios del distrito, aún enfrenta grandes retos ante un panorama que, en muchas ocasiones, estan mediados por relaciones preestablecidas que afectan significativamente el desarrollo de procesos de creación artística. Dicho esto, el programa Clan cuenta con importantes desafíos a la hora de consolidar la formación artística desde el sector cultural de la capital del país. Sin embargo y como se señaló anteriormente, los escenarios escolares no son estáticos y la inclusión de nuevas áreas como la deportiva, la artística y la educación en ciudadanía, son elementos fundamentales a la hora de crear espacios educativos más democráticos y participativos.

 

Nuevos liderazgos

A lo largo de los procesos formativos, ha sido evidente que las y los estudiantes han desarrollado nuevas formas de comunicación dentro de los espacios escolares y fuera de ellos, estas maneras de emitir mensajes están mediadas por los montajes artísticos y por la conciencia del cuerpo como emisor de opiniones y reflexiones individuales y colectivas. Esto permite la creación de nuevas formas de interacción dentro y fuera de la escuela y el reconocimiento de los estudiantes como actores que intervienen en sus entornos.

Al indagar por esta temática en las percepciones de los artistas formadores, se puede observar que muchos de los estudiantes con rótulos de “indisciplinados” y “violentos”, han modificado las visiones que la comunidad educativa tenia sobre ellos, gracias a la creación artística. En primer lugar se destaca el aumento del sentido de pertenencia por el proceso formativo, reflejado en la participación artística en diversos eventos escolares, tal es el caso de la experiencia vivida en los centros de interés de danzas del el Colegio Prospero Pinzón, ya que gracias al montaje de diversas puestas en escena, los estudiantes se han presentado en escenarios escolares, generando una representatividad importante y cambios notables en su rol en el colegio, algunos de estos eran reconocidos por sus actitudes agresivas y problemas de convivencia, sin embargo en el trabajo realizado en los centros de interés han modificado las interacciones con los otros y generado nuevos imaginarios por su participación artística en los espacios escolares.

En términos de participación, los niños y niñas de los ciclos escolares dos y tres, también han encontrado en la creación artística, la oportunidad para realizar una lectura diferente de los contextos en los que habitan. Un ejemplo de esto se puede encontrar en el trabajo realizado en el Colegio Entre Nubes, donde se destaca la experiencia de los centros de interés de artes plásticas, que han trabajado la representación en tres dimensiones de los lugares donde habitan los niños y niñas, en estas obras se observaron los imaginarios de dichos lugares y los cambios que les harían a los mismos. Estos trabajos fueron socializados con la comunidad educativa en las muestras locales del proyecto. Dicha situación abrió nuevos espacios de incidencia en la realidad de los niños, puesto que a través de la creación artística se les facilitó expresar sus miedos, intereses, anhelos y propuestas de cambio sobre los espacios en que habitan.

La participación va más allá de asistir a nuevos escenarios en la cotidianidad escolar, se trata de la construcción de posibilidades de interlocución con los actores educativos y comunitarios. Estas nuevas formas de interlocución están mediadas por la creación artística. Son justamente las producciones artísticas, piezas comunicativas que interpelan sus espacios cotidianos y las relaciones que se tejen en los mismos. La creación colectiva desde las diversas áreas artísticas se convierte en la producción de mensajes legítimos que construyen nuevas formas de participación asertiva y experiencias de construcción de ciudadanía, relevantes en el panorama nacional actual.

Lo anterior permite observar que la práctica artística en los estudiantes de los colegios del distrito, genera niveles de empoderamiento en relación a la construcción de los proyectos de vida y de la conformación de una visión crítica y reflexiva sobre las realidades en las que se desarrolla la vida de los participantes del Programa CLAN CIDEMOS.

CONSIDERACIONES FINALES:

Los retos pedagógicos que supone la formación artística desde una perspectiva incluyente y desde el sector cultural, refieren a una apertura que poco a poco se está dando en el sector educativo de la capital del país. Dichos retos están relacionados con la consolidación de un sistema educativo que incluya el sector cultural y artístico de la ciudad como un elemento fundamental en la formación de los estudiantes, esta nueva mirada se traduce en la diversificación de las prácticas pedagógicas en el escenario escolar y la creación de nuevos espacios interdisciplinares que retan la mirada fragmentaria del conocimiento. Aunque aún es necesario implementar y unificar instrumentos de seguimiento que permitan identificar los niveles de transformación de los niños y niñas en relación a sus aprendizajes disciplinares y sociales, es evidente que el Programa CLAN CIDEMOS ha abierto nuevos escenarios locales y escolares que restituyen a las y los estudiantes, derechos como la participación y el acceso a la cultura. Esta situación resulta vital en un panorama nacional en donde se están pensando transformaciones de fondo en cuanto a la resolución de conflictos sociales internos. También es fundamental reconocer que la formación artística se convierte en un aliado estratégico a la hora de proponer nuevas formas de interacción escolar, alejadas de estructuras jerárquicas que impiden la participación y la inclusión en diversos procesos de transformación.

 

AUTORES: Camilo Moreno, Cordinador pedagógico y Adriana Lozano, Coordinadora General del Proyecto Clan-Cidemos.

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